viernes, 31 de octubre de 2008
Crónicas del Re-Encuentro (parte 1)
miércoles, 29 de octubre de 2008
Ecos del inolvidable reencuentro
viernes, 24 de octubre de 2008
MAS FOTOS DEL RE-ENCUENTRO
El gran reencuentro comenzo
domingo, 19 de octubre de 2008
El amigo Herbert Roller Rivera se hace presente... y ofrece una copia de su poemario al que esté interesado
Para los amigos del clare:
A ver si los encargados postean mi texto en el blog. Justo en este momento ando full pero les prometo que leeré los comentarios, y espero saber más de sus vidas. Les adjunto una foto mía para que me reconozcan a mi llegada.
Por lo visto pasan los años y algunos todavía no olvidan que estudié con Uds. en tercero de secundaria. Tres del grupo me han contactado. Todavía no he comprado mi pasaje, pero dado que dicto clases los sábados en la PUCP, llegaría a Hyo el sábado por la noche, y regresaría el Domingo. A ver si los que viven todavía en Hyo. me aconsejan un lugar para hospedarse o me contactan con Breña si en caso todavía hay espacios disponibles en su hotel. Desafortunadamente me agarran en un tiempo de muchas obligaciones, pero espero que este sea el comienzo para futuras reuniones. También si me mandan algunos números de celulares sería bestial. No me han comentado nada de cómo es “la matricula”, y para evitar el phising por Internet, no me arriesgo con cuentas bancarias que lleguen por ese medio.
Permítanme hacer una remembranza de mis encuentros con algunos de Ustedes, y un anecdotario de la escuela, que hoy me ha llegado profunda la nostalgia.
La memoria es frágil y las caras han cambiado. Casi no recordaba que me decían Kipu por una contraposición a mi apellido Roller, que estuvo tan de moda en los años de adolescencia que me tocó vivir en Huancayo, y les cuento que terminaron llamándome Boggie los amigos de la Inmaculada (Lima), colegio donde finalmente terminé la secundaria.
En la capital me encontré con Antonio Rojas y con Balbín cuando estudiábamos en la Sigma antes de ingresar a la universidad. Después me crucé con el otrora flaco Javier Lava en una fiesta del Club Huancayo. No lo reconocí en un principio, y en segundo encuentro nos vimos en la Choza Naútica. A Veliz lo vi en la Católica, creo que nos cruzamos en clases de inglés, puesto que si mal no estoy él siguió derecho, carrera diametralmente opuesta a la mía (ingeniería).
Aparte de estas apariciones casi fantasmales, no ha existido otra oportunidad para reencontrarme con ex compañeros del Clare; sin embargo, mucho aprecio que se hayan acordado de mi y me hayan invitado a las actividades por estos 25 años de promoción. La vida nos lleva por caminos distintos, pero honestamente siempre es agradable reencontrarse para revivir los tiempos de entera libertad.
Me hubiese encantado poder llegar temprano el sábado para asistir a la misa en memoria de nuestro compañero Iván, fallecido justamente el año en que ingresé al Colegio. Dramas de esta naturaleza lo llenan a uno de tristeza cuando las vidas anexas a las nuestras se disipan, sin haber tenido la oportunidad de siquiera disfrutar los primeros placeres que otorga la vida durante la juventud. La madurez exige mayores compromisos y responsabilidades, y dentro de los altibajos de nuestros días siempre quedan alegrías como hacer posible este reencuentro.
He estado leyendo algunos comentarios publicados en el blog. Veo también que algún compañero nuestro nos ve desde Georgia, USA, y aún se mantiene en el anonimato. Les comento que durante mis estudios por tierras gringas no llegué a acostumbrarme del todo. Lo negativo de esa experiencia es que perdí la novia que tenía (por algo pasan las cosas); sin embargo, de muchas de las cosas positivas en mis días de lejanías, uno empieza a valorar más a la familia y a los amigos. La etapa escolar es inolvidable (así que Georgiano anímate a escribir). Y los gringos podrán tener más dinero y más recursos (aunque luego de esta crisis internacional las dudas crean suspicias), pero los amigos que uno hace en Perú son de la P.M., Y el cariño perdura y no se devalúa como la moneda.
Algunos recuerdos del Clare:
Primero es incuestionable la sólida presencia del padre Magaña, que con su bendito palito, no resulta exagerado decirlo, que a todos nos sacó chispas en las piernas. Odiábamos quizá la disciplina en aquel tiempo, y con el paso de los años sabemos que la disciplina nos ha hecho bien. Pero acaso esa supuesta crueldad es comparable con la nuestra, pues alguna vez el padre magaña jugaba frontón, y una bola al ras del piso le hizo perder el equilibrio. Las carcajadas llegaron. ¡Milagro!. La revancha por el dolor que nos causaba. Se puso colorado el padre. Siguió jugando. El partido no fue largo, pero todavía me queda la culpa de aquellas burlas.
Pero éramos chicos y por eso somos exculpados. Y nuestra mayor agravante es que conformábamos una sección grande. Ni A ni B. Una sola sección de tercero de secundaria, temible y tentacular. La más chonguera en la cual he estudiado. Capaz de sacar de sus cabales al propio Magaña. Con bulla estridente de altos decibeles, y algún flaco sentenciado con manos bajo sus rodillas (prefiero no mencionar el nombre) que le hacía pichulitas al profesor al frente, mientras Magaña silenciosamente observaba tras la ventana. Pobre flaco, lo zarandearon de derecha a izquierda con una manaza de boxeador, sin guante que amortigüe los golpes. Quizá sea esta la causa de su locura.
Bienaventurados los tiempos en que éramos muchachos. Una apertura orquestada con tableros de carpeta, y una silbatina acompasada, daban iniciado a nuestras lecciones de pentagrama. Y el profesor, soportaba estoicamente semejante palomillada, tal vez porque amaba la enseñanza, o es que era el sustento de sus platos de comida, mientras llegase un contrato de alguna fiesta pueblerina.
Y acaso uno de los que me ha contactado no solía imitar al profesor de lenguaje, que si bien no tenía la dimensión del Quijote, su quijada, fuera de toda proporción, dio vida al imitador. La inconfundible resonancia de los dedos del maestro sobre su escritorio, se repetían en el eco del pupitre de unos de los nuestros. A eso seguían las carcajadas. El quién ha sido –pregunta absurda del profesor frente a testigos cómplices del delito-. La mirada elusiva del emulador. La escritura de vuelta a la pizarra. La quijada emulada. La función continuada. Y todas las idas y venidas, finalmente acabaron en una energúmena seguidilla de patadas. ¿Acaso duelen todavía? Pero nos mantuvimos unidos. Se fue el profesor y salvamos al amigo.
Si pues, todavía estábamos aprendiendo. En lo que a mí me toca, mis tiempos en Huancayo siguen siendo inmemorables. Las primeras muchachas en brazos, al sonido de una de las baladas de aquel entonces. La simulación de un brazo cansado resbalándose en la espalda, con mucho más temor que destreza. La tibieza de unos senos en formación calentando los pantalones. Nuestras primeras borracheras alucinando que ya habíamos crecido, y la crudeza de la realidad martillada en las resacas de un día después. Tantas pequeñas vivencias. Todas ellas tan grandiosas.
Todos hemos crecido. Algunos más maduros. Algunos de personalidad tranquila. Otros seguirán ladillas. Pero siempre la añoranza esboza una sonrisa, y es inevitable pretender ser chiquillo cuando reuniones como éstas acontecen, y más si hay tragos de por medio.
Espero no haberle causado melancolía a nadie. Las anécdotas suelen encender las antorchas de las vigilias colegiales. Me toca prestarme las palabras de Javier Lava, y decirles que ahí nos vemos galifardos para brindar con unas cuantas chelas, y que regresen los apodos, sin títulos de por medio. Espero reconocerlos, pues de las fotos posteadas, he notado que algunas están bien gordas y peladas. Sin duda producto de la bueno vida carajo. Está muy bien. Hay que disfrutarla.
A mí no me tocó casarme por el momento, pero de haberlo hecho, hubiese usado un poco de matemáticas, para cambiar mi mujer de cuarenta por dos de a veinte. Por la P.M. cómo pasa el tiempo. 25 años de salida del colegio.
Como coralio, si bien he escrito rápido, sin depurar el texto, para que no me existan prejuicios antes de leer un texto mío de los serios, les comento que de un tiempo a esta parte se me ocurrió estudiar literatura. Sólo tengo un poemario publicado y me gustaría obsequiarles un ejemplar a los que van. Por favor. Uno de los delegados, que ya debe tener la lista de los asistentes, que se digne enviármela, cosa que llevo los libros ya firmados (si hay profesores también en la lista perfecto). Quién sabe amigos si llegue a ser famoso, pero al menos déjenme de esta manera expresarles mi aprecio.
Ya nos vemos, y espero saber más de sus vidas.
Herberth Iván Roller
miércoles, 15 de octubre de 2008
BUZON DE SUGERENCIAS
domingo, 12 de octubre de 2008
Las Caravanas
martes, 7 de octubre de 2008
LOS 4 JINETES DEL ALCOHOLAL ! HIP ! SIS
lunes, 6 de octubre de 2008
SALUDOS
Un caluroso saludo al amigo del area de Savannah en el estado de Georgia que nos lee tan ávidamente.
Sería un placer conocer a quien nos ha seguido de cerca desde el mes de Julio y quien desde el primero de Octubre esta la fecha nos ha visitado 26 veces (mientras que este humilde servidor solo ha visitado 14 veces)
Agradecemos ese impetu, pero nos gustaría saber de quien se trata....
Saludos
Luis A. Serazo